Impacto de la Industria 4.0 en la Educación; La Industria 4.0 se refiere a una nueva fase de la revolución industrial, caracterizada por el uso de nuevas tecnologías en los procesos de producción. Entre las más utilizadas están la automatización, el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (AI) y el big data.
Esta transformación no se limita a la producción de bienes o servicios. Afecta a toda la cadena de valor, ya que reconfigura tanto los procesos de fabricación como el rendimiento de los productos, así como la gestión empresarial, las relaciones entre clientes y proveedores y los modelos de negocio.
Como resultado de esta transformación, el mercado requiere nuevos perfiles profesionales. Los cursos certificados y las carreras técnicas se presentan como una excelente alternativa para satisfacer una demanda inmediata, que no puede esperar cinco, seis o diez años para formar a sus trabajadores en una universidad o arriesgarse a perder la carrera en un sector tan competitivo y globalizado como el actual.
En este sentido, un claro ejemplo de la respuesta son las propuestas académicas centradas en IoT, big data, análisis de datos, inteligencia artificial y ciberseguridad. Incluso han surgido especializaciones diseñadas ad hoc por las empresas.
La educación en América Latina no necesita entrar en una revolución industrial, sino en una revolución educativa.
Industria 4.0, un Recurso Eficaz contra la Crisis
Para el Banco Mundial, los programas técnicos de educación superior pueden ser una herramienta muy eficaz en tiempos de crisis como la actual. Millones de personas en América Latina y el Caribe necesitan adquirir nuevas competencias para incorporarse urgentemente al mercado laboral formal. Así lo expresa un informe recientemente publicado por la organización.
Además, el informe señala que las ventajas salariales de este tipo de titulaciones son evidentes. Por ejemplo, aunque los titulados de programas técnicos superiores ganan salarios más bajos que los universitarios, los primeros ganan, de media, un 25% más que los que dejan la universidad. La investigación también muestra que los estudiantes de programas técnicos tienen un mayor índice de éxito que los titulados universitarios (58% frente al 47%).
Los programas técnicos tienen importantes ventajas, una de las cuales es que las escuelas pueden responder con rapidez y flexibilidad a las necesidades del mercado laboral, tienen relaciones fluidas con el sector privado y suelen ayudar a los estudiantes en su búsqueda de empleo.
Pero el impacto de la industria 4.0 en la educación es diferente en cada región, incluso dentro del mismo país. Cada región tiene sus propios requerimientos según sus objetivos productivos.
La Educación y la Producción Deben Unirse
El gran reto es acercar el mundo de la educación al de la producción. Por eso, desde algunas organizaciones se trabaja mucho en la formación técnica, tratando de fortalecer la articulación y el vínculo entre las escuelas técnicas y los centros de formación profesional, con los industriales. La idea es que la oferta educativa se base en la demanda de perfiles en cada campo concreto.
La Industria 4.0 presenta grandes retos, pero también grandes oportunidades. La digitalización y el uso de la información, por ejemplo, hacen que los procesos sean automáticos y esto puede cambiar las rutinas de algunos de los trabajadores, cambiar sus tareas sin que desaparezcan. Sin duda, serán más productivos. Por ejemplo, en las hilanderías, los trabajadores que antes hacían trabajos manuales en las máquinas ahora se dedican a la logística interna, la supervisión, la limpieza y las tareas de mantenimiento.
Esta transformación de la industria está provocando un aumento de la demanda de desarrolladores en las empresas. Muchos fabricantes están creando sus propios equipos informáticos. Las oportunidades son altas, sobre todo por el impacto que estamos viendo en la productividad.
El reto es complejo porque este sector tiene que adaptarse a normas y formatos a los que no está acostumbrado porque nuestros negocios no son de base tecnológica. Por eso la clave es vincular el mundo de la educación con el mundo de la producción.
El sector empresarial requiere habilidades y competencias que actualmente no se desarrollan en las universidades. No sólo en cuanto a los contenidos, sino fundamentalmente en cuanto a las habilidades blandas, es decir, el pensamiento crítico, la comunicación, la creatividad, el trabajo en equipo y el espíritu empresarial.
La Ruta a Seguir
La digitalización y la Industria 4.0 no son hoy una opción, son una necesidad. Tenemos que hacer que el tejido productivo, especialmente las pymes, vean la digitalización como algo posible y alcanzable. Un consejo que se puede dar a las pequeñas empresas industriales es que den pequeños pasos hacia ella. La digitalización es posible y no necesitan hacer todos los cambios juntos.
El impacto de la industria 4.0 en la educación es más que evidente y se necesita planificar una ruta para alcanzar el éxito.
Hay que motivar a los estudiantes y a los profesores de las escuelas técnicas y de los centros de formación profesional a través de conferencias, en streaming y en los medios digitales a nuestro alcance. Por ejemplo, existen iniciativas que están desarrollando concursos para estudiantes que presenten proyectos que tengan un impacto en su comunidad. También se busca que más empresas se asocien con escuelas técnicas.
Mientras tanto, otras iniciativas trabajan con las demandas de producción de varios sectores industriales. Por ejemplo, en Argentina existen planes para impulsar una política para crear un centro de agricultura de precisión. Los perfiles están formados en el uso de drones para medir la cosecha, entre otras tecnologías. Hay ciudades que se están convirtiendo en centros de software industrial y existe un interesante vínculo con el Gobierno para formar el talento necesario. Mientras tanto,otras se están preparando los nuevos perfiles requeridos en el sector minero.
Hay un diálogo permanente para identificar la formación que falta en estos sectores. Lo mismo ocurre en otras regiones con el sector de los hidrocarburos. Cuando se habla de esta industria, a menudo se dice que faltan soldadores, pero cuando se observa el sector, estos soldadores deben tener una especificidad, una técnica, una incorporación de innovaciones que son diferentes de los soldadores clásicos. Por tanto, es esencial reconocer qué perfil se necesita y adaptarlo a esta tecnología.
¿Y cuál es el camino a seguir en el sector educativo? Tenemos que reducir al mínimo las clases tradicionales y tratar de promover un aprendizaje activo y centrado en el alumno. Tenemos que dejar atrás el sistema de aprendizaje pasivo y centrado en el profesor. Pero esto es sólo un pequeño paso en lo que tenemos que hacer.
Entre los principales retos está la resistencia al cambio. Es fundamental gestionar el cambio en las organizaciones educativas, productivas e industriales.
Por último, el Banco Mundial afirma que, para fomentar el crecimiento de los programas técnicos y mejorar la calidad de su oferta educativa, es importante aplicar políticas adecuadas. Como el suministro y la difusión de información sobre los resultados, costes y beneficios de todos los programas. También se trata de corregir las desigualdades de financiación entre los estudiantes y los tipos de programas, de hacer que los programas sean responsables de los resultados de los estudiantes y de facilitar la acumulación de credenciales y los itinerarios académicos flexibles.
Con las políticas adecuadas, las instituciones podrían ofrecer mejores programas, los estudiantes podrían elegir sus carreras con mayor conocimiento de causa y se podrían satisfacer las necesidades de los individuos, las empresas y la economía en su conjunto.
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